Después de que innumerables veces se le leyó a un niño el libro” Un pez fuera del agua” hace la siguiente observación. “¿Cómo es posible que este niño vaya solo a la tienda de animales, compre un pescadito, y haga semejante desastre? ¿Donde están sus padres?”
Aunque esto puede parecer una espontánea reacción infantil a un cuento, el razonamiento así como el análisis de la situación que están detrás del comentario muestran que hay una interesante y larga elaboración de la historia.
Uno de los principales factores que ayudó al análisis de la historia es que el niño ha estado expuesto a la comunicación verbal durante toda su vida. El estudio que la escuela de Medicina de la Universidad de Harvard llevó a cabo en los orfanatos de Rumania, demuestra que la falta de comunicación con los niños menores de tres años, quienes pasan la mayor parte del tiempo en sus cunas sin comunicación con adultos o con sus iguales., influye en el bajo nivel de inteligencia . Durante este periodo tan importante en la vida del niño el cerebro está en una fase de Plasticidad o período en el que es más susceptible a cambios, crecimiento y adaptación a diferentes estímulos. El estudio muestra que hablando, leyendo cuentos o inclusive cantándoles es importante para el desarrollo del cerebro del niño en su etapa temprana. Cuando se priva al niño de esa comunicación los resultados son devastadores para su desarrollo.
Aunque un recién nacido no es capaz de hablar es importante hablarle porque escuchando y observando a sus padres es como aprenden a comunicarse.
Hay que tener presente que tan importante como hablarles a los bebes también lo es la forma en que se les habla. Hay muchas oportunidades para hablarle a un recién nacido. Irrumpiendo en el cuarto y decir, “Voy a levantarte de la cama” y proceder a hacerlo no es una forma muy sensitiva.
Hay que tener presente que puede ser que el niño ni siquiera sepa que hay alguien más en el cuarto hasta que pueda ver a la otra persona. Considerando que un recién nacido todavía no puede voltear su cabeza , una forma de acercársele puede ser saludarlo y a medida que se va acercando a la cuna y con voz suave decir por ejemplo “Hola es mama, Ya te escuche.” O, “como estas? Voy a ver si necesitas cambiar el panal.” Este modo tan simple de conversar en referencia a lo que sucede en la vida diaria ayuda al niño a familiarizarse con comunicación básica.
Comentando cosas que están pasando por ejemplo “Lo que escuchas es el teléfono que está sonando,” es una forma de involucrar al niño en la vida común tratándolo como una persona. Por eso es importante usar el lenguaje adecuado, con oraciones completas y comunicarse con él en forma regular
Observando a la persona que le habla el niño aprende a comunicarse, ve el lenguaje corporal, las expresiones de la cara, escucha el tono voz y el volumen con que se le habla.
El niño, a su vez va a tratar de comunicarse lo mejor que pueda ya sea con sonido, o con el lenguaje corporal. Con el tiempo va a empezar a aprender los detalles relacionados con la comunicación como cuándo hablar, cuándo parar de hablar y escuchar, el volumen que va a usar, escoger las palabras, etc. La comunicación directa de persona a persona es la única forma de aprender estas habilidades.
Cuando un niño esta frente a la televisión nada de lo mencionado en el párrafo anterior tiene lugar. Exponerlo a la televisión no requiere de ningún esfuerzo de parte del niño, lo priva de jugar explorar y resolver problemas lo cual es fundamental para el desarrollo normal del cerebro del niño durante los primeros tres años de vida.
Leerle libros a los niños es una forma ideal de ayudar al desarrollo natural de su cerebro Interactuando diariamente, haciendo comparaciones, relacionar la historia del libro con la vida regular s como los niños aprenden a leer y a disfrutar. La lectura debe formar parte de la rutina diaria.
La repetición es parte del proceso de comunicación y del aprendizaje de la lectura por lo cual es importante leer varias veces el mismo libro cuando el niño así lo pide. Aunque el adulto considere que ya lo leyó o que conoce el libro al grado de poder repetir la historia de memoria, es la familiaridad que encuentran los niños en la historia lo que los hace volver a los libros que les leyeron en sus primeros años.
El proceso de aprende a leer comienza cuando el niño nace, y no es algo que debe acelerarse con tarjetas o cualquier otro método para los cuales obviamente no están listos. Aprender a leer no es, domesticarlo para demostrar las destrezas que aprendió. Tener a un niño que repite palabras una y otra vez para lucir se con los amigos o parientes puede hacer sentir importante a los padres pero ciertamente no beneficia al desarrollo mental del niño.
Con niños de dos a tres años de edad es importante invitarlos a crear y contar sus propios cuentos y los padres deben escuchar atentamente lo cual le da el mensaje al niño que lo que dice merece ser escuchado.
Los niños que están mas expuestos a la conversación tiene mas inclinación a la lectura. y están más propensos a adquirir la paciencia, disciplina y amor por la lectura que es tan necesaria para los años escolares.
Volviendo al niño que preguntó Cómo puede ser que este niño puede ir solo a la tienda de animales, comprar un pescadito y hacer un desastre?. Dónde están sus padres? Aparentemente este niño disfrutó esa historia varias veces mientras procesó el contenido, comparando su vida con la del personaje, formuló una pregunta inteligente basada en comparaciones y confianza en sí mismo para expresar su preocupación por el bienestar del personaje.
Desde esta perspectiva podemos reconocer el serio análisis critico de un niño y no tan solo un comentario gracioso.
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