Thursday, March 29, 2012

Valorando el Tiempo con los Hijos

           La llegada de un niño a la familia trae consigo modificaciones en la dinámica de ésta así como cambios en horario y agendas. Por momentos pareciera que el tiempo se detiene  como si esa nueva persona se quedará así, recién nacido para siempre.  Por otro lado  surge un sentimiento mezcla de ansiedad con la presión de no  querer perder ni un instante de estos primeros meses. Como el tiempo para estar con el niño puede ser limitado por otras obligaciones, los padres trataran de  busca de aprovechar esos momentos de la mejor manera posible.  Observando, hablando y prestando atención al niño desde el primer día  es la mejor forma de establecer una relación real entre los padres y el niño que permanecerá con ellos a través de todas las diferentes etapas de la vida. Para lograrlo  los padres deben centrarse  por completo en las necesidades de sus hijos y cuando están juntos, asegurarse de darle al niño toda su atención. Tratar de establecer un horario que funcione para una familia con un recién nacido puede ser un desafío excepcional. Es mucho mejor, para el beneficio del niño, que los padres se centren en el calendario, el ritmo y las necesidades de su hijo. Es cierto que muchos padres hacen sacrificios en el trabajo, con sus vidas sociales, etc  para estar con sus hijos, pero  esperar que un niño muestre su agradecimiento por todo esto como lo haría un adulto, no es realista.

Por ejemplo, el padre inesperadamente un día sale del trabajo un poco más temprano y llega a su casa cuando el niño esta durmiendo, comiendo, o siguiendo su rutina diaria. Una forma de respetar al niño sería otorgándole a éste  un ambiente seguro para desarrollarse libremente sin interrupciones abruptas. En el caso que que el padre insista en tener un rato especial con el niño y éste siga con su siesta, por ejemplo, puede ocurrir que el padre se sienta ignorado  porque el llegó a casa específicamente para tener un "tiempo especial" con su hijo, que podrá ser especial para el padre porque , en lo que al niño se refiere,   va a estar poniendo su rutina de lado  para dar cabida a la comodidad  de sus padre. Este tipo de "tiempo especial" puede hacer que el padre se sienta  muy bien por  cuántos minutos de "tiempo de calidad" pasó con su hijo pero  por otro lado el niño puede sentirse especialmente... cansado.

Considerando que un niño pequeño no esta familiarizado con  el significado de los términos, hora, minuto, la próxima semana, etc es más importante que los padres estén completamente presente cuando están con sus hijos en lugar de esperar que el niño comprenda sus explicaciones acerca de las horas de trabajo. Abundando con otro ejemplo, cuando el padre que debe ausentarse por un periodo de tiempo más prolongado del habitual   y se sienta  obligado a dar a su hijo palabras tranquilizadoras tales como: -" Voy a estar ausente por unos días, pero al regresar voy a tener todo el sábado para pasarlo juntos-."Este argumento puede servirle al padre para reafirmarse a él mismo que va dedicar un tiempo con el niño , pero éste no tiene claro el concepto de cuándo es sábado. Cuando este tipo de situación se presenta , la incertidumbre se apodera del niño al no tener claro cuándo va a regresa su padre y es muy probable que esa inestabilidad se refleje en la conducta del niño.

Si un niño no se siente seguro con la  rutina en la que sus padres se ausentan durante unas horas diariamente y no hay una comunicación clara al nivel que él pueda comprender, su confusión se puede manifestar en diferentes formas, como cambios en la forma de jugar o comer y tener dificultades para para dormir. En casos extremos, el niño puede llorar, gritar o algunos casos, jalar  la pierna del padre cuando éste se dispone a salir de la casa..

A veces los padres malinterpretan este comportamiento con el gran dolor que el niño sufre por la separación que la de esa persona le causa al niño . En realidad, esta conducta  es reflejo de la inseguridad que el niño tiene ya que no tiene bien claro cuándo su padre estará con él y por cuánto tiempo. Para ayudar al niño a entender la separación, los padres deben mantener un patrón consistente de paciencia decirle al niño lo que va a suceder,   prestar especial atención a su reacción y abordar  la situación de forma sencilla y breve. Por ejemplo, decirle con anterioridad la niño qué es lo que va a pasar “cuando termines tu desayuno voy a salir”. Cuando llega el momento de irse recordarle 'como te dije ahora voy a salir pero voy a regresar, mientras tanto tu te quedas con... (la persona con quien se va a quedar)... “Vas a estar bien con.. . hasta que regrese”, hacer la despedida breve y salir. Cuando se establece una comunicación clara y consistente crece la confianza del niño hacia el padre lo que lo hace sentir suficientemente seguro para aceptar la separación y disfrutar la compañía de otra persona. El niño no va a sentir que ganó la lotería cuando su padre está con él y en cambio va a entender las ida y venidas diarias de su padre como parte de la rutina y al mismo tempo van a aprender a disfrutar de otras compañías.

Los niños entienden los conceptos de tiempo y distancia en forma diferente que los adultos, un ejemplo de ello se presenta durante los viajes por carretera. La clásica pregunta en  los viajes largos es: "¿Falta mucho?” Teniendo en cuenta que el niño está acostumbrado a ir en coche a lugares que se encuentran en distancias cortas durante el día a día  es importante considerar que para ellos un tiempo más largo en el coche es algo que va a llamar su atención. Contestando a la pregunta de cuanto falta para llegar con "más de dos horas", "50 millas más", o , “ya te dije muchas veces..” no va a responder a la pregunta de una manera que el niño pueda entender. Como en los ejemplos anteriores,  para evitar estas frustraciones  es recomendable hablar antes del viaje y decir por ejemplo “ para ir a visitar a los primos vamos a estar mucho mas tiempo en el coche,” y luego “ahora vamos a la casa de los primos y vamos a estar en el coche más que cuando vamos al mercado”. Esta comunicación debe darse también con los bebes. Prestando atención y comunicándose con los niños hará el viaje más placentero para todos.

Algo que un padre puede hacer para asegurarse que está usando el tiempo con su hijo de la mejor manera es enfocar toda su atención en el niño. Algunas familias prefieren incluir a sus hijos en diferentes actividades como las artes y la artesanía. Muchos padres piensan darle a los niños materiales para confeccionar artesanías es lo mejor para involucrarlos en actividades. Esto puede ser frustrante cuando la mayoría de esos mismos materiales terminan olvidados en un estante del garage. Cuando se trata de jugar debe permitírsele al niño elegir con qué quiere jugar, no interrumpirlo y evitar darle sugerencias. No hay una ley que diga que para estar con un niño y que ese tiempo “valga” tienen que estar haciendo “algo” juntos.

A veces el niño se sienten seguro con la sola presencia de un adulto en quien confían, que lo acompaña y observa pacientemente mientras él juega. Con esta interacción pasiva la presencia del adulto le da el apoyo y seguridad que le permite enfocarse en lo que está haciendo. Cuando un niño confía en la persona con la que está se siente lo suficientemente seguro para aceptar la separación diaria de su padre.

Esto no quiere decir que los niños no participen de proyectos, al contrario es una gran idea apoyar un proyecto que el niño quiere hacer, que se le permita tomar la iniciativa, sobre que quiere hacer, cómo y cuándo. De esta forma se establece una interacción entre padre e hijo a través de la cual los padres conocen otra facetas de su hijo como por ejemplo la forma que  su hijo establece l metas, o como el niño visualizar un proyecto, y el niño siente que su ideas y lo que propone es suficientemente importante para que su padre lo escuche y considere seriamente sus propuestas. Muchos proyectos pueden comenzar después de encontrar un  pedazo de madera en el garage o de una conversación entre ellos.

Las fotos que acompañan este “post” pertenecen a una “casita de juego” y a un “coche raro” ambos proyectos fueron diseñados, construidos y decorados por tres niños con la ayuda, apoyo y atención de sus padres. Siguiendo la iniciativa de los niños, auxiliándolos en las tareas donde se requerían la participación de adultos, dedicando tiempo, una buena parte del terreno de la casa y prestando atención a los niños en cada momento, la casita de jugar se destaca como un ejemplo de lo que se puede lograr cuando se presta atención a los niños.

Cuando los padres prestan atención a sus hijos a cada momento se logra una relación basada en la confianza y no en cuánto tiempo el padre dispone.

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