El estrés que muchas personas sienten durante la temporada de vacaciones puede llegar a ser un desafío inesperado para las familias con niños pequeños. Durante ese período los horarios y las rutinas del resto del año se modifican sustancialmente. Si estos cambios son suficientes para causar estrés al más preparado y paciente de los adultos, es de esperar que los niños pequeños sientan algún nivel de ansiedad.
Muchos padres hacen todo lo posible para tratar de adaptar la relación con sus hijos a las exigencias de la temporada de vacaciones con la esperanza de que el niño poco a poco entienda, acepte y disfrute el significado de todo lo que sucede en esa época. Sin embargo, la estrategia más efectiva es adaptar la forma de celebrar las fiestas a las necesidades de todos los miembros de la familia, incluyendo los niños más pequeños.
No se puede subestimar la importancia de la coherencia y la continuidad en el desarrollo de un niño. Los niños adquieren el sentido seguridad, comodidad y confianza cuando en sus vidas prevalece la consistencia . Cuando un niño crece en un ambiente donde ésto es respetado tiene la libertad de expresarse sin tener que preocuparse por los horarios inciertos o eventos inesperados. Cuando diferentes dinámicas familiares cambian durante la temporada de vacaciones es aún más importante apegarse a las rutina del niño. Dado que los cambios pueden abrumar a los niños, es importante implementarlos en la forma más apropiada y cómoda para ellos. Por ejemplo, si la rutina de la comida se ve alterada en lugar y horario, se puede considerar presentarle los mismos alimentos y mantener la misma forma de interacción respetuosa con la persona que los acompaña de la misma manera que están acostumbrados. Del igual modo, cuando es tiempo de cambiar un pañal, a pesar de estar en un lugar diferente, los padres deben seguir el mismo proceso familiar de dar a su hijo la privacidad y la atención a la que están acostumbrados. Cuando no hay más remedio que interrumpir el ritmo de la vida de un niño, es importante informarle de los cambio en una forma simple y clara. Esto ayuda a reducir la ansiedad del niño porque recibe el mensaje que puede confiar, que está al cuidado de alguien que tiene control sobre la situación.
Adaptar las celebraciones a las necesidades del niño no quiere decir dejar pasar la temporada sin que el niño note cualquier cambio, más bien significa asegurarse de que el niño pueda participar de manera apropiada para su edad. Es muy importante para muchas familias compartir con sus hijos el motivo de las tradiciones de las fiestas. Algunos padres esperan que los niños capten rápidamente el significado de las diferentes actividades durante los días de festejos tales como reuniones, regalos y viajes. Sin embargo, si ésto no se le presenta de una manera acorde con su edad es muy posible que se sientan desconcertados y sin entender por qué esa señora mayor pellizca sus mejilla o por qué todo el mundo está pendiente de su reacción cada vez que abre un paquete. Un niño tendrá una mejor idea de lo que significan los diferentes tradiciones cuando puede participar en las actividades previas a las fiestas, como la elección del papel de regalo o hacer una tarjeta para una persona determinada. Además, permitiéndoles, sin tener que aprobar un curso intensivo de artesanías, hacer su propio regalo y envolverlo da a los niños una mejor perspectiva del significado de dar y recibir un presente. Ellos comenzarán a percibir los regalos como una expresión de amor más allá del valor del objeto en sí . Además, pueden aprender a disfrutar de un día de fiesta participando en la decoración de lo que ellos hacen o asignándoles un lugar donde pueden exponer sus decoraciones.
Sin embargo, entre las tradiciones festivas menos agradables, como ir de compras a tiendas llenas de gente, son situaciones que los padres, por diferentes motivos, no pueden evitar. Cuando no hay más remedio que llevar a un niño a un ambiente caótico, como un centro comercial, de todos modos hay maneras de tornar la experiencia en algo un poco más agradable. Una forma de hacerlo es tomar un momento para separar al niño de la zona más concurrida y hablar con él por un momento, responder preguntas o simplemente compartir un poco acerca de lo que se está comprando. Esto es una gran oportunidad para tomar un respiro, pero más importante aún, podría ser una oportunidad para demostrar estrategias activas de memoria.
Cuando un padre comparte brevemente con su hijo lo que quiere comprar, para quién, cómo elegir el regalo, y cómo se va usar está exponiendo al niño implícitamente a pensar en forma ordenada y a desarrollar habilidades para resolver problemas.Aunque gran parte del estrés de las fiestas proviene de los preparativos para el día del festejo, a veces la parte más agradable es todo lo que sucede justo antes. Incluir a los niños en los preparativos es una manera de empezar las celebraciones temprano ayudando a crear hermosos recuerdos y al mismo tiempo asistirlo en su desarrollo evolutivo
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