Cuando nuestros hijos crecen, muchas veces nos sentimos frustrados porque nos damos cuenta que no nos están hablando con la verdad. Notamos que hay algo que no coincide con la realidad, a veces nada más lo percibimos.
Las causa de las conductas de los niños están en estrecha relación con lo que les mostramos a través de nuestra propia conducta, del ambiente en que crecen y las interacciones que ellos ven a su alrededor desde que nacen.
”Ahorita viene,” es una frase muy común cuando alguien muy cercano al niño se va (generalmente la madre o el padre). Diciéndole al niño algo que sabemos que no es cierto no alivia el disgusto del niño, a veces lo acrecienta, tampoco ayuda mucho al niño que lo sacudan y traten de callarlo con el clásico “sh sh.”
Si consideráramos al niño como una persona normal la madre podría avisarle con mensaje corto como, -en un ratito voy a salir, pero tu Papá estará contigo-
Y cuando la madre finalmente se va despedirse del niño, y salir. Cuando los padres deciden esconderse para salir, o recurren a la distracción para salir sin que el niño lo note , están enseñándole al niño cómo no decir la verdad a demás de hacer bastante confuso para el niño saber cuándo creer a sus padres y cuándo no.
De la misma forma, la persona que está a cargo del niño, puede decirle al niño, -tu mamá salió, y va a regresar en un rato, yo estaré contigo hasta que ella vuelva. Si el niño llora es importante que la persona reconozca ese llanto en lugar de tratar de evitarlo, por ejemplo comentándole al niño -ya se que estás llorando , tu mamá va a regresar, y yo estaré contigo hasta que ella vuelva.
Es muy importante tener presente que el llanto del niño es normal, la separación de su madre aunque sea momentánea causa ese llanto, por lo cual tratar de suprimirlo con caminatas sacudiéndolo y haciendo “sh, sh” no es la mejor forma de ayudarlo. Es válido ponernos en el lugar del niño, y pensar si cuando estamos separándonos de alguien querido, cómo nos sentiríamos si alguien nos trata de distraer y nos hacen el gesto que implica que debemos callarnos.
Usando el clásico, ”ahorita vuelve,” cuando sabemos que no es exactamente lo que va a ocurrir crea inseguridad desconfianza y daña la credibilidad del niño hacia los demás.
Hablando al niño con la verdad desde el primer día estamos ayudando al desarrollo de una persona que confiá en los demás, que no tiene que preocuparse por estar verificando lo que dicen y que tiene la suficiente seguridad en si mismo para decir las cosa como realmente son.
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